miércoles, 15 de agosto de 2012

Dejar de leer a EVM


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  1. Cuando leo un libro de EVM, o voy a una conferencia de las que da, o una vez que hablé con él porque vino a la feria del libro y no había nadie en su caseta me da la sensación de que es ser vivo metaliterario, habría que acuñar una palabra para eso, es decir, cuando la vida de uno se disuelve en el discurso de un personaje-autor-persona sobre qué es literatura y qué es ser escritor. Al final he dejado de leerlo, llega un momento en el que me gusta más fundirme en la tradición norteamericana y dejarme el egocentrismo europeo. Qué pase algo, coño, aunque sea que el protagonista sea un judío que habla con un psiquiatra. Y sin embargo, a veces siento nostalgia y me sumerjo alguna página de sus libros y me emociona.

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