martes, 4 de diciembre de 2012

De novelaenconstruccion a El Tango de la Vieja Guardia.

He comenzado a leer la última novela de Pérez-Reverte como podría asistir al arranque de un nuevo modelo de coche uno que pasaba por allí, uno que limpiaba en la fábrica donde se construyó, por ejemplo, con un ojo puesto en lo que dibujaba en los planos el ingeniero jefe. Como si el coche también fuese obra suya.
Después de haber seguido, post a post, novelaenconstruccion.com, me imagino a mi mismo con el cepillo de barrer en la mano, orgulloso del rugido del motor al ser arrancado por primera vez.
Con ese ánimo he comenzado a leer la novela. Encima de la mesa acumulo artículos, la última edición de la Prescribing Guideline del Maudsley, mis apuntes de euskera y un libro de relatos cortos. Y elijo leer una novela que será, que seguro que es ya, un best-seller. Un best-seller muy bien escrito.
Lo mejor de mi trabajo es que leer El Tango de la Guardia Vieja puedo computarlo, en esa contabilidad interior obsesiva y persecutoria que llevo sin querer, como trabajo. Eludo, una vez más, la sensación incómoda de estar "perdiendo el tiempo" cuando debería hacer "otra cosa". Acumular experiencias, da igual que sean literarias o no, imágenes, estudios de carácter, situaciones, tramas, no puede sino ayudarme en mi día a día.
Pinta bien la novela. Como no podía ser de otro modo. Pero no por esperada deja de ser agradable la lectura de algo tan bueno.
Y las Prescribing Guideline las puedo consultar cuando quiera.