domingo, 21 de abril de 2013

Fin

Esta noche he intentado hablar con una persona y no he sido capaz.
Creo que hay pocas cosas tan dolorosas como no poder comunicar con alguien. Sentir la necesidad y... nada.
Me he sentido angustiado. Y luego ya no.
Qué triste.
Necesitaba contar mi fracaso, el último, y al rato ya no. No merecía la pena.
Me he dado cuenta de las consecuencias y he pensado "esto sí que es el fracaso".
Parecería que es uno más pero no. Lo noto distinto. Tiene algo de definitivo que otras veces no estaba.
He decidido algunas cosas y entre ellas cerrar el blog.
Me he cansado de llevar la cuenta de pequeños fracasos, de anotarlos, de contarlos.
Nada más.



martes, 9 de abril de 2013

Interpretando fotos

Tres personas en una foto. Dos chicos y una chica. Sonríen mirando a cámara. Los chicos. La chica tiene una expresión como de asombro. Ella sorprendida, pero no asustada, y ellos con una sonrisa franca en al cara. De esas que se notan de verdad en los ojos. De las que marcan arrugas.
En la foto no se ve qué causa la sorpresa de ella. Quien mira sin más no sabe con qué se corresponden las sonrisas de ellos. Cualquiera que mire la imagen sabe que no son forzadas. No son para la foto.
Así que la foto funciona como un test proyectivo. Tiene una historia que no se conoce y unas emociones que son auténticas y se transmiten. Sólo falta que quien vea la foto la explique desde si mismo. Que construya, reconstruya la historia. Que traduzca a palabras los sentimientos.
Un amigo dice que en la foto son felices. Que ella parece Christina Rosenvinge (un cumplido viniendo de él) supongo que mezcla de princesa y chica mala. Y la interpretación convence.
Mireia dice que no, que no es felicidad, que sólo se lo pasan bien "con pavazo" que es una expresión de Mireia que, a su vez, funciona como un test proyectivo. Una distinción sutil que deja perplejo.
Y como Mireria siempre acierta, asumo que el pavazo anda por ahí en la foto. No sé si en la posición, en el ambiente, en el encuadre, si será alguna de las personas (la forma autorreferencial, ¿seré yo?), o tendrá que ver con un estado de ánimo, algún tipo de intoxicación u otra cosa. Lo importante es que parecía felicidad (lo parecía) y en realidad era pavazo. Que es como decir que nos intentaban dar gato por liebre. Una forma de engaño. Una lástima.

jueves, 4 de abril de 2013

Plague

Murcia, 04 de abril, 2013

Mi aportación a la cena de hoy ha sido, fundamentalmente, enseñar a jugar a Plague al hijo menor.
Me estaba enseñando un juego (espectacular) que iba de crear pistas de Scalextric en tres dimensiones y me he acordado de que yo también tenía un juego favorito en el móvil. que consiste en crear una enfermedad que arrase a la humanidad antes de que consigan encontrar una cura. Quizá el ruido de los sardineros me hizo pensar en el juego. La aplicación la descubrí a través de @twitroncagliolo.  Empiezas jugando con una bacteria y luego vas consiguiendo poder jugar con un virus, un parásito, un hongo, un prión... La madre del chico al que estaba enseñando el juego, y que rápidamente se lo ha descargado, no podía creérselo.
Hemos empezado una partida y le he enseñado algunas cosas importantes. La primera, que las plagas hay que llamarlas de alguna forma y tradicionalmente es con un nombre de chica. Puro patriarcado. Todas mis plagas se llaman igual. Y luego cosas más prácticas. Es mejor iniciar la infección en un país pobre, con una sanidad ineficiente, con un clima cálido, bien comunicado. Se extiende más rápido. Hay que procurar que los síntomas sean de los que propagan el bicho, toses, estornudos, sangrados en aspersor. Si se contagia el ganado mejor. Si se contagian las aves mejor. Si es resistente a las medicaciones tardan más en curarla. Si es asintomática no la detectan. Sin síntomas no muere nadie. Los muertos no infectan.
Hay que buscar el equilibrio entre infectar y matar. Normalmente hay un punto de no retorno a partir del cual es mejor que mate cuanto más mejor, si el número de infectados es suficientemente alto no tienen nada que hacer. Además, caen los gobiernos, los países se aíslan y la investigación se enletece.
Como no la estaba mirando no sé qué cara ponía antes pero, al llegar a esta parte, la madre estaba horrorizada. Ni caso. El juego es realmente divertido. Un buen juego de estrategia. Y como los comentarios del chico eran del tipo "ya se han infectado en la Guayana francesa", "han muerto mil en Venezuela y ha empezado en Colombia", "no queda nadie sano en Islandia", no pudo negar que al menos iba a aprender un montón de geografía, además de características de las bacterias y otros entes patógenos. En realidad es un juego educativo. Estás creando un monstruo.
Luego hemos cambiado de sitio y, mientras caminábamos, los jugadores hemos comentado algunas cosas sobre priones, armas biológicas y todo eso.